Podría escribir, en este mi primer
día, sobre prima de riesgo, intervenciones, rescates o recortes, pero no quiero
y no puedo. Hoy no. Me ahogo, no puedo respirar. Abramos las ventanas y dejemos
que un vendaval de aire fresco recorra este país en tinieblas. Luchemos.
Como dice un proverbio chino: “No
puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de las velas”.
Para iniciar mis reflexiones
escribiré sobre un tema que me viene inquietando un tiempo: el turismo chino en
España.
El turismo chino supone a Europa el 4,1% del total,- que en 2011 supuso setenta millones de cruces fronterizos-, incrementándose anualmente un 7% en Europa
occidental.
En 2011 visitaron nuestro país
unos 130.000 turistas chinos. España en 2010 no se encontraba entre los 25
primeros destinos internacionales, donde sí figuraban Francia (12), Alemania
(13), Suiza (16) e Italia (24).
Formulo dos preguntas:
¿Es ese el lugar que como
potencia turística debemos ocupar?
¿Debemos conformarnos con la
previsión de la OMT de alcanzar en 2020 un millón de turistas chinos?
POSTALES DE ESPAÑA.
SUEÑOS EN MADRID.
El diáfano cielo de Madrid se
presentaba ante nuestros somnolientos ojos. Habíamos salido de Beijing a las
00:15,( hora local) y el Airbus 330 de Air China se disponía a aterrizar a las
6:35, hora de España tras poco más de doce horas de vuelo. En nuestro camino
hacia el oeste le robamos seis horas a
la espléndida mañana madrileña. Era un
otoñal jueves de octubre y la temperatura rondaba los 15º. Mi mujer, mi hijo y yo
descendimos presurosos por las escalerillas del avión, dirigiéndonos a recoger
nuestras maletas. Mi hijo,expectante, nos señalaba su presencia. Tras pasar el
control de pasaportes, accedimos a la sala de espera, donde la guía Yan
Cheng nos esperaba junto al chofer. Serían nuestros cicerones en España. Después de las oportunas presentaciones nos dirigimos al
coche,- un flamante Mercedes negro, modelo S 65 AMG-. Nos trasladamos desde la T1
a nuestro hotel, prolongándose el trayecto, aproximadamente media hora.
Mi mujer, ya en el Paseo del
Prado, me advirtió de la majestuosa presencia del Hotel Ritz, situado en la
Plaza de la Lealtad, habiendo sido inaugurado por Alfonso XIII en 1910. Visitantes como Rockefeller o Rainiero de Mónaco
forman parte de su historia. En su fachada, aparecía ondeando la bandera china.
Ya en la recepción del hotel nos recibió el Director General, Antón Küng; saludándonos
en un correcto chino mandarín y poniéndose a nuestra disposición para todo
aquello que necesitáramos. Acudimos a nuestra suite de luxe en la planta sexta,
que disponía de unas magníficas vistas a los jardines exteriores y en las que
destacaban sus exquisitas alfombras hechas a mano y su decoración de estilo
francés. Decidimos descansar un par de horas, quedando con Yang Cheng a las
once.
A las 11,10 nos pusimos en
marcha. Decidimos callejear por Madrid, dirigiéndonos a la Plaza Mayor. Mi
mujer gran amante de la literatura y arte español,- ya que se licenció en la
facultad de Filología Hispánica en la Facultad de Filosofía y Letras por la Universidad de Lenguas extranjeras de
Beijing, donde impartía clases su venerado Dong Yansheng,- quería comenzar viendo
el barrio de las letras. Nos dirigimos hacia Paseo del Prado, girando hacia la
calle Cervantes, visitamos la casa donde vivió Lope de Vega sus últimos
veinticinco años, lo cual nos permitió trasladarnos momentáneamente a la vida cotidiana del
ilustre escritor del siglo de Oro español. Íbamos con nuestra correspondiente
reserva y Yang Cheng nos ilustraba sobre el lugar y el personaje. También en la
misma calle Cervantes contemplamos la placa que señalaba el lugar donde vivió y
murió el famoso autor de El Quijote. Caminamos por sus estrechas calles, llegando
a la Plaza Mayor. En sus alrededores fotografiamos el Palacio Real, la Catedral
de la Almudena y el Teatro Real, terminando en la Puerta del Sol.
Desde el kilómetro 0, paseando
por la calle de Alcalá, llegamos (en menos de cinco minutos), a nuestro próximo destino, el Restaurante
Terraza Casino de Madrid. Era un lugar magnífico por fuera e impactante por dentro. Decidimos
almorzar en la terraza y disfrutar de las excelentes vistas de Madrid. Pedimos
la carta, que, para (grata) sorpresa nuestra estaba en mandarín.
Aun así, nos dejamos aconsejar y
pedimos de entrada unos " tapiplatos": uno de fardos con ruibarbo y montaiko, y
otro de bogavante al natural con sopa de aceite de arbequina y pomelo rosa. De
plato principal, lenguado con espárragos y puré de mandarina. Definiría la
cocina de este magnífico restaurante- con dos estrellas Michelin- como portadora de sabores
intensos, con contrastes fuertes. El postre, sorbete de piña, coco y yogurt al
curry. Paco Roncero, el maestro de fogones, nos saludó cortésmente.
Nuestro próximo objetivo era la
conocida calle Serrano, lugar de culto. Habíamos quedado con nuestra guía y el
chofer a la 16 horas. En unos diez minutos llegamos a nuestro destino, donde nos esperaba la
reputada personal shopper Grace Slim,
capricho de mi amada mujer. Mientras mi esposa se probaba todos los modelos de Armani, mi hijo y yo perfilábamos con Yang Cheng nuestra especial jornada del sábado.
Pero eso será otra historia.
Seguimos visitando los templos de
la moda, joyería, marroquinería, para terminar en Bulgari. Me llamó
poderosamente la atención un mensaje de bienvenida en mandarín, que figuraba en
la puerta. Frederic; el atento empleado, me llenó de orgullo al
dirigirse a mí en chino. Cargados de bolsas, toda la familia nos
hicimos unas fotos en las puertas de Bulgari. Ya cansados, nos dirigimos al
hotel y tras un breve descanso, cenamos a la 20.30 en el Restaurante Goya, (en el
mismo hotel). En esta ocasión nos decidimos por el menú degustación. Nuestro
primer día en España llegó a su fin.